La ansiedad se manifiesta como una respuesta adaptativa al entorno de las personas. Cuando esa respuesta aumenta y se mantiene en el tiempo deja de ser positiva y genera síntomas muy molestos, que se dan a nivel cognitivo (miedo, temor, inseguridad, preocupación excesiva, pensamientos negativos, etc.), fisiológico (palpitaciones, sudoración, temblor, taquicardia, molestias gástricas, mareos, dolores difusos, entre otros.) y a nivel motor (fumar, movimientos repetitivos, beber, comer en exceso, ir de un lado hacia otro sin sentido, etc.).Los síntomas y trastornos de ansiedad (fobias, ansiedad generalizada, ataques de pánico, trastorno obsesivo compulsivo, estrés agudo, además de otros), son susceptibles de ser tratados psicológicamente, por ejemplo, con técnicas de desactivación emocional y de reestructuración cognitivo-conductual.